Las mandalas son más que dibujos circulares: son expresiones del alma, herramientas de meditación y equilibrio.
Cada trazo, cada color, nos conecta con el presente, nos ayuda a centrarnos y a soltar lo que ya no necesitamos.
Dibujar o contemplar una mandala es un acto de amor propio, una forma de volver al centro y encontrar paz en el caos.
Las mandalas de alpaca artesanales son energía hecha arte.
Cada giro, cada nudo, se forma con las manos, el corazón y la intención.
No son solo decoraciones: son símbolos de protección, armonía y conexión espiritual. Hechas con paciencia y amor, estas mandalas capturan la fuerza del círculo sagrado, transformando alambre en un amuleto que equilibra, embellece y acompaña."
Elaborados con piedras naturales de amatista.